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Vampyr es el raro juego que me animó no a matar a sus habitantes virtuales. No es que no sea tentador a veces, pero sus muertes significan que voy a perderme algunas historias increíbles.
El juego te pone en el papel de un cirujano de la Primera Guerra Mundial llamado Jonathan Reid, de vuelta a casa en Londres después de servir en Francia, solo para descubrir que se ha convertido en un vampiro. Sucede este descubrimiento de la manera más desafortunada: su sed de sangre lo lleva a atacar a la primera persona que ve: su hermana, que viene a darle la bienvenida desde la guerra.
Finalmente, Reid consigue un trabajo en el turno de noche en un hospital, donde puede ocultar su identidad de no muerto, buscar respuestas sobre su nuevo estado y también continuar ayudando a las personas como lo hizo antes. Pero como un …
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The Verge